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lunes, 3 de enero de 2011

Homilía sobre la familia y otras intoxicaciones etílicas

el “plan de Dios”

Lucas León Simón (larepublica.es)

Imaginen a un obispo de provincias en una homilía navideña sobre la familia diciendo cosas como esta: “que la UNESCO tiene un plan para los próximos 20 años hacer que la mitad de la población mundial sea homosexual”.
Imaginen que ese mismo obispo dijo hace unos meses que debían rotularse todos los indicadores turísticos con el nombre de “Catedral” donde antes ponía “Mezquita” y que el principal templo de la ciudad era una “Catedral con una mezquita dentro, y no al revés”.

Imaginen que ese mitrado ha sido el principal componente de un Cabildo que ha llevado a la más completa ruina a una Caja de Ahorros que reunía los principales activos de la ciudad durante doscientos años y diez generaciones de ciudadanos.

Inmediatamente nos acordaremos de la gran cantidad de alcohol que se consume por estas fechas o de los coeficientes de intelectualidad e inteligencia que se exigen para ser obispo, aunque sea de una diócesis de provincias.

O de la idiocia generalizada que invade a amplias capas de la Conferencia Episcopal del desgraciado país de la desgraciada ciudad de referencia.

No se tiene constancia de que los servicios psiquiátricos de la provincia, la autonomía o el estado hayan intervenido pero el aún obispo remató su homilía desde el púlpito catedralicio con estas otras palabras: “Es decir, según la ideología de género, -explica- uno no nacería varón o mujer, sino que lo elige según su capricho, y podrá cambiar de sexo cuando quiera según su antojo”. Todo se trataría de una estrategia destinada a romper con el “plan de Dios” para la familia, que consiste, evidentemente, “en la unión estable de un varón y una mujer”.

Hasta ahora habíamos conocido algo de las conjuras judeo masónicas o de la “pérfida Albión”, ahora sabemos algo de una conjura de… ¡la UNESCO! y, además, contra el “plan de Dios”. Menos mal que nos ha avisado el obispo.

El desgraciado señor obispo, digo, el obispo de la desgraciada ciudad, no se ha referido para nada al brutal ataque que las clases populares de su iglesia y de los que no lo son sufren por parte del capitalismo mundial, cercenando todo tipo de conquistas sociales en nombre del dios Mercado y amenazando con convertir en desheredados de la fortuna a la población del planeta que no sean banqueros o políticos de derechas.

No, el desgraciado, digo el obispo, ha visto, antes que nadie, una conjura de la UNESCO, para convertir en homosexuales a la mitad de la población mundial, que para entonces serían homosexuales pero, irremediablemente, tan pobres como las ratas de su Catedral, antes Mezquita.

Y es que hay inteligencias, y prefecturas, que no son de este mundo. Me voy corriendo a comprarme una medalla de una virgen muy milagrosa, no sea que sea verdad lo de la UNESCO. Y nos os quiero decir que operado de vesícula y de próstata y encima…

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